Cabreos a parte, se dieron bastantes buenos serenos de ignita que pusieron a hervir las aguas de truchuelas selectivas que nos hicieron pasar momentos de frustración y nervios y a veces de inmensa alegría, la alegría que siente todo mosquero cuando tiene en la mano a un pez salvaje que desgraciadamente da sus últimos coletazos en este bello paraje. Las cigarras son muy abundantes en las choperas ribereñas acompañando las horas centrales del día con su carraspeo característico.
Esta es la mayor pieza sacada en todos los días. Truchas claras con pintas rojas es el morfotipo de la zona.
Bueno espero que se termine bien el veranillo para todos vosotros y que haya buena pesca.
Un saludo.