domingo, 30 de enero de 2011

RECUERDOS DEL VERANO EN EL RÍO DUERO

Coincidiendo con este vuelco en el tiempo en el que se puede pasear en manga corta por la capital de España, me vienen a la mente recuerdos de la calor que pasaba en verano cuando me cogía la bicicleta en dirección al Duero para pillar algun que otro pececillo.

Me aposentaba en una zona de corrientes, donde los peces se concentraban más al estar las aguas más oxigenadas, y en un solo lugar podía pasar horas y horas al límite de la insolación acompañado por el ruido de fondo de las cigarras. A esas horas no había un pez que se atreviera a subir arriba, salvo los alburnos, que en estas aguas proliferan, compitiendo por el alimento con bogas, escarchos y gobios (aquí llamados "cabezotas"), y que al final hacen que la jornada sea entretenida.



Así que, a falta de pesca con seca, es un buen momento para probar los barbos, bogas, truchas arcoiris y alguna común que pueblan estas aguas, con un aparejo de pesca a la polaca. En este caso meto en el final de la linea madre una "pedazo imitación" de lombriz del #6, un pelín chapucera, ya que estaba hecha con dos tiras de chenille unidas con el fuego del mechero; pero pesaba bastante, lo que hacía que la segunda ninfa, en este caso una típica imitación de ninfa de efémera, bajara a la zona de actividad de los peces.

Tras esta exposición, casi cualquier mortal hubiera pensado que las capturas conseguidas, mostradas a continuación, habrían entrado todas a la ninfa de efémera (por cierto parecida a la de esa entrada de hace años). Sin embargo ¡¡entraron a la imitación de lombriz!!! Aquí os pongo las bonitas arco iris que sucumbieron al estrafalario engaño.

Una vez más queda patente lo bonito de la pesca: Te pueden rechazar las moscas más bonitas y bien montadas, mientras que entran francas a una cosa que no sabes ni a lo que imita.


Un saludo a todos!!

lunes, 24 de enero de 2011

EL VIVAR DE FUENTIDUEÑA - ONCE AGAIN TO "KILL THE WORM"

Hola muy buenas, ya sé que hasta ahora he tenido el blog en hibernación, acorde a las fechas en las que estamos, gran parte de la culpa propiciada por los exámenes de enero. Pero tenía que salir de este abotargamiento, yendo a una cita que para mí ya se está convirtiendo en una especie de tradición: el Vivar de Fuentidueña.
Con gran ansia esperaba a que terminaran los exámenes, mientras unas oleadas de buen tiempo me hicieron plantearme visitar a estas arco iris a la orillas de las aguas del río Duratón. Pero, como casi siempre suele suceder, cuando comienza la libertad, sea fin de semana o puentes, el tiempo suele jugar una mala pasada al que pretende salir al campo. En este caso vientos fríos del Norte hicieron que la pesca casi fuera imposible, ya no solo la tiritona que entraba cuando la brisa penetraba como un puñal directa al corazón, sino tambien con el entumecimiento general de las manos, que apenas podía cerrar.


Pero sin saber como las truchas seguían allí, ante un sol helador que marcaba 4 ºC en el mercurio, merodeando en la superficie en busca de semillas o los pocos insectos que se atrevieran a eclosionar.

En este caso, en vez de los estrímeres coloridos que puede uno relacionar con la pesca de la arco iris repoblada, fueron las moscas pequeñas del 16 o el 18 las que resultaron ser las más productivas en las gélidas aguas.
Un saludo, y con esperanzas de pronto llegue el comienzo de una nueva temporada