Centro mis envites cerca de un sauce que acaricia las aguas. pronto noto una primera picada de una boga, que tras saltos y chapoteos termina soltándose. Dos pasos río abajo hago un lance similar; las ninfas pasan cerca de la bergaza y cuando tenso la línea, salta la sorpresa con el ataque de una bonita trucha común del Duero,con apariencia similar a las del resto de los ríos grandes de la cuenca, con su "ajedrezado" típico y con pintas negras más grandes cerca del opérculo. Tras una rápida instantánea, le di la merecida libertad a tan bello ejemplar.
Bonita trucha del Duero. Foto: Fernando Chaguaceda |
Nuevos intentos aguas arriba, dieron capturas de bogas de pequeño tamaño pero de gran bravura, también ayudadas por la fuerza de la corriente. Todas ellas volvieron tarde o temprano a su medio elemento.
Fuera de la sombra, la pesca se hacía algo pesada. El "Manolo" le daba de lo lindo, y ni sumergiendo mi gorra en las aguas conseguía refrescarme, y es que tanto por temperatura como por el color marrón, parecían caldo. Aún en las corrientes más fuertes conseguí otras dos bogas pequeñas y una trucha de menor tamaño que la anterior.
Espero que estos calores no se mantengan en el tiempo y que vuelva el frescor a estos lares. Mientras tanto, creo que la opción es pegarse el madrugón.
Un saludo a todos.
3 comentarios:
Te felicito por tan preciosa captura.
Esas son las truchas (y unicamente ésas) que deberia haber en el rio.
Saludos
El calor nos deparará grandes momentos, pero también sufrimiento.
Eso sí, cuando salgan truchas tan bellas, todo habrá merecido la pena.
Saludos
Gracias amigos por los comentarios. Afortunadamente cada vez más se ven truchas comunes propias del río Duero, pero se ve disminución de bogas, escarchos y otros peces pasto, que amenizaban las jornadas. Los alburnos se han apropiado de todo...
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